Leucemia Mieloide Crónica

 
 

 La leucemia mieloide crónica es un enfermedad tumoral hematológica maligna que se adquiere por un defecto genético en la célula madre multipotencial hematopoyética.

Constituye el 15-20% de casos de leucemia en adultos con incidencia anual 1-2 c/100.000 habitantes.

La edad media de presentación es de 50 años con leve predominio en varones

Es necesario diferenciar el tratamiento de la Fase Crónica del de la Fase Acelerada o el de la Fase Blástica.

 La leucemia mieloide crónica es un enfermedad tumoral hematológica maligna que se adquiere por un defecto genético en la célula madre multipotencial hematopoyética.

Constituye el 15-20% de casos de leucemia en adultos con incidencia anual 1-2 c/100.000 habitantes.

La edad media de presentación es de 50 años con leve predominio en varones

Es necesario diferenciar el tratamiento de la Fase Crónica del de la Fase Acelerada o el de la Fase Blástica.

Tratamiento de la fase crónica

El tratamiento clásico ha sido la quimioterapia, basada en fármacos alquilantes como el Busulfán.

El Busulfán es uno de los citotóxicos más antiguamente conocidos, desde 1953. Es muy mielotóxico y esto ha limitado mucho su uso.

 

La tasa de respuestas con alquilantes es elevada (80%) pero no a nivel genético ni molecular

 

Otro fármaco más utilizado ha sido la Hidroxiurea, útil para reducir rápidamente la cifra de leucocitos y reducir la esplenomegalia.

 

Ambos tratamientos se pueden dar por vía oral. La supervivencia a los cinco años con estos tratamientos se sitúan en un 42%.

 

La inmunoterapia con Interferón alfa es otro tipo de tratamiento utilizado desde los años 80. Se administra en forma de inyecciones subcutáneas. El Interferón alfa es mejor que la quimioterapia con Busulfán ó Hidroxiurea, consiguiendo un mayor número de remisiones completas en la analítica (alrededor de un 70%)y también citogenéticas (variable según grupos, pero oscila en torno al 30%). La supervivencia a los cinco años con este tratamiento se sitúa en torno al 50%.

En algunos pacientes el Interferón alfa se puede combinar con quimioterapia, como con la Citarabina a dosis bajas, mejorando los resultados del tratamiento y de supervivencia global (hasta 30% de pacientes).

 

Los efectos secundarios son frecuentes, tienen síntomas semejantes a los de una gripe, con fiebre, escalofríos, dolores musculares y cansancio.

El tratamiento prolongado puede dar lugar a neuropatía periférica, diarrea, mucositis, alopecia, elevación de las enzimas hepáticas, hipotiroidismo y síntomas depresivos.

 

Los pacientes de mayor edad toleran peor el Interferón alfa que los pacientes más jóvenes.

 

Solamente pacientes seleccionados, con donante compatible, se someten a transplante de médula ósea alogénico. más información (manual de la fundación leucemia y linfoma)

 

En los últimos años se ha descubierto un fármaco que actúa de forma dirigida a las células tumorales, en concreto contra las proteínas producidas por el trastorno genético que caracteriza a la LMC: proteína BRC-ABL resultante de la translocación de los cromosomas 9 y 22.

 

Este fármaco tiene una acción inhibitoria de la proteína tirosin kinasa BCR-ABL. Se llama Imatinib Mesilato (Glivec), y ha supuesto una autentica revolución en el tratamiento de esta enfermedad, y en general un nuevo concepto de tratamiento para los tumores malignos.

 

El Imatinib Mesilato es el paradigma de las nuevas dianas moleculares, es decir, fármacos que actuan específicamente sobre los mecanismos moleculares en los que se origina la enfermedad, en este caso LMC.

El Imatinib se ha convertido en el tratamiento de elección de los pacientes. Se administra por vía oral a dosis 400mg/dl. Puede administrarse en pacientes previamente tratados con Interferón alfa, consiguiéndose en ellos un 96% de remisiones completas y un 68% de remisiones citogenéticas y un 40% de remisiones moleculares.

La supervivencia libre de progresión al año es del 87%. El conseguir una remisión citogenética y melecular completa está directamente relacionado con una larga supervivencia.

 

En pacientes no tratados previamente el Imatinib también parece conseguir mejores resultados que el tratamiento con Inmunoterapia y quimioterapia, y de una forma rápida, en 1 ó 2 semanas. En ellos las posibilidades de remisión citogenética se eleva al 75%., con porcentajes de respuesta completa molecular en torno al 40 %.

 

Los efectos secundarios más frecuentes del Imatinib son náuseas, calambres musculares, retención de líquidos, especialmente la aparición de edema periorbitario, diarrea, dolores músculo-esqueléticos, cansancio y aparición de erupción cutánea, así como reducción de las células de la sangre, lo que se conoce como toxicidad hematológica.

 

Generalmente son efectos secundarios son leves, y en pocos casos obliga a reducir la dosis de Imatinib o a tener que suspenderlo.
El transplante de médula ósea alogénico (es decir del células madre hematopoyéticas de otra persona inmunológicamente compatible) es otra forma de tratamiento. más información (manual de la fundación leucemia y linfoma).

Realmente es la única forma de tratamiento que pueda curar la enfermedad.

Se debe considerar en pacientes jóvenes con donante compatible, precisamente por ser la única opción curativa. Ahora hay modalidades de transplante que permiten disminuir la dosis de quimioterapia y por tanto la toxicidad relacionada con el procedimiento.

Tratamiento de la fase Acelerada

Imatinib Mesilato tiene mejores resultados en términos de respuesta hematológica y citogenética que los observados con las opciones de tratamiento disponibles hasta la actualidad.

La supervivencia global estimada a los 18 meses es del 73%.

Hay estudios en marcha que tratan de valorar la eficacia de eate fármaco aumentando las dosis hasta 800mg/día.

Además han aparecido nuevos principios activos como el Dasatinib, o el Nilotinib, actualmente en fase de comercialización que actuan en situaciones de resistencia farmacológica al Imatinib, son resultados prometedores.

Usted está en buenas manos